Zonas y objetos de tu casa que no siempre mantenemos limpios como deberíamos: ¡Manos a la limpieza!

En los últimos meses, la limpieza y desinfección de los hogares, las prendas de ropa, los objetos de uso cotidiano o incluso la compra se ha vuelto más una obligación que una necesidad. Pero existen zonas de casa y objetos en los que tal vez no reparamos lo suficiente y que, de igual manera, debemos mantener limpios y libres de cualquier bacteria o germen. 


Es cierto que las rutinas de limpieza han cambiado y ahora hemos incorporado a nuestro día a día el limpiar la suela de los zapatos antes de entrar a casa, las llaves de casa o el móvil, aspecto que hasta el momento no nos habíamos planteado la mayoría. Para seguir con una correcta rutina, toma nota de los siguientes puntos.


 

¡A limpiar!


Según un estudio llevado a cabo por la Fundación de Estudios para la Salud y la Seguridad Social (Fess) y la Universidad de Barcelona, el inodoro es uno de los objetos que más gérmenes y bacterias tiene, así como los teléfonos móviles debido al calor que generan. Para mantener toda tu vivienda limpia de verdad, debes integrar en tu rutina de limpieza las siguientes zonas y objetos.

Inodoro: Limpiar el vàter al menos una vez a la semana parece evidente, pero los expertos recomiendan hacerlo más a menudo por la cantidad de gérmenes y bacterias que acumulan. Además, no debes olvidar cerrar la tapa del inodoro para evitar que se propaguen posibles partículas.



 

Cortina de la ducha o bañera: confiesa, ¿la has lavado en la lavadora alguna vez? En muchas ocasiones se nos olvidan objetos como la cortina de ducha que acumula suciedad y humedad. Es recomendable lavarla cada semana o quince días junto a las toallas únicamente. Conseguirás que se mantenga limpia, libre de bacterias y te dure más tiempo.

Recipiente donde dejamos el cepillo de dientes: en tu rutina de limpieza de baño incorpora el hábito de limpiar con agua y jabón o un multiusos el soporte para los cepillos de dientes, uno de los lugares donde la humedad puede provocar la proliferación de más bacterias.



Electrodomésticos: por dentro, por fuera… ¡y por detrás!: ¡no te imaginas la cantidad de suciedad que se acumula en la parte trasera de los electrodomésticos! Cada cierto tiempo, desenchufa los electrodomésticos, rocía la superficie con un desengrasante, déjalo actuar unos minutos y retíralo con un paño de microfibra. Si existe suciedad incrustada, frota la superficie con cuidado con un estropajo y después retira lo que quede con el paño de microfibra. De esta manera evitarás que se acumule la grasa, manchas, moho y malos olores.

 



 

Desagües: el fregadero de la cocina necesita estar libre de restos de comida para funcionar correctamente, no embozarse y no desprender olores desagradables. Para mantenerlo en las mejores condiciones, abre el agua caliente y deja que corra unos minutos para desatascar en el caso de que existan pequeños restos de comida. Después, utiliza un producto químico específico para las tuberías o haz una mezcla de bicarbonato y vinagre de limpieza y viértelo por el desagüe. Mantén cerrado el grifo unos minutos y luego deja correr de nuevo unos minutos el agua caliente.



Estropajos, bayetas y paños de cocina: ¿sabías que son considerados los ‘reyes de las bacterías’? Los microbiólogos recomiendan cambiarlos semanalmente y si notamos que desprenden mal olor, cambiarlos al momento. Los estropajos los puedes mantener en perfecto estado dejándolos a remojo en una mezcla de lejía y agua y después limpiar con jabón y dejar secar al aire libre. En el caso de los paños y bayetas, la lavadora será tu mejor aliada para dejarlos perfectos. En este artículo te indicamos cómo limpiar e higienizar tus bayetas y estropajos para que te duren más (y mejor).



Ropa de hogar: sábanas, cortinas, alfombras, etc. son un contenedor perfecto para recoger polvo y suciedad o incluso, en el caso de las sábanas, células muertas que desprende nuestra piel por la noche, restos de cremas, etc. Lava las sábanas al menos una vez a la semana, las cortinas al menos una vez al mes y las alfombras inclúyelas en tu rutina de limpieza pasando la aspiradora y ventilándolas para eliminar restos de las suelas de zapatos y polvo.

Suelos: se trata más de una tarea prácticamente diaria para mantener limpio tu hogar y libre de bacterias. Pasa la mopa o escoba a diario sobre todo en las zonas más transitadas como cocina, baños, pasillos o zona de estar. Cada tres días friega el suelo con la fregona adecuada a cada espacio y el producto indicado para cada tipo de suelo.



Puntos de contacto: ya en el artículo ‘Rutinas de limpieza para el período de desconfinamiento (o fase de desescalada)te hablamos de la importancia de limpiar a diario los puntos de contacto, sobre todo en la época que estamos viviendo: pomos de las puertas, interruptores de la luz, barandillas, mando a distancia de la televisión, teclado y pantalla del ordenador, etc. Pasa un paño de microfibra con el producto más adecuado y conseguirás mantener a raya gérmenes, bacterias ¡y suciedad!


 

Aunque no lo creas, existen millones de bacterias en las casas: flotando en el aire, en la ropa, en las esquinas, en los cojines, en las toallas, estropajos… Vale, ¡no queremos agobiarte más! Pero ten en cuenta estas recomendaciones y, ante todo, antes de empezar a cambiar tus rutinas de limpieza, deshazte de todo lo que realmente no te haga papel y sea más un nido de suciedad que otra cosa. Y, muy importante, escoge bien los productos con los que limpies tu casa. En ellos se esconde parte del éxito de la limpieza.



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